ROBIN

Robin es un perro tranquilo, pero a la vez energético. Le gusta moverse a su propio ritmo, ya sea en el juego, en un paseo o en la hora de la siesta.
Es un perro muy independiente, pero muy amoroso. Cuando quiere amor, se te acerca y se sube encima de tus piernas para que lo acaricies.
En conclusión, es el mejor perro del mundo.

Esta foto fue tomada en nuestra casa, unos días después de haber sido adoptado por nuestra familia.
Como puede verse, no es muy fan de las fotos ni de los teléfonos celulares.

Esta foto fue tomada en una visita al río ubicado en San Fernando, Buenos Aires.
Su barba se llenó de polen por haber estado curioseando entre las flores y todo tipo de vegetación que hay en el establecimiento junto al puerto.

Este es Robin, un Yorkshire Terrier Black que hace que nuestras vidas sean mucho mejor. Llegó a casa a los cuatro meses de edad y desde ese día se convirtió en el rey de la casa. Ropa, juguetes, camas, a partir del segundo día ya lo tenía todo.

Es increíble cómo un animal tan pequeño puede ser de gran ayuda para nuestra salud mental y física, ¿no? Desde que está en casa todo parece más lindo, más simple, y salgo a caminar por los alrededores de nuestra casa, observando todas aquellas cosas que uno se olvida existen: el pasto largo o corto de las casas, los vecinos viviendo sus vidas, alguna que otra cosa en construcción. Es como que están en nuestra mente, pero hasta que no le prestamos atención no recordamos que el mundo alrededor de nosotros sigue existiendo.

Robin hizo que me diera cuenta de eso. De que existen otros mundos además del mío, que existen otras realidades y puedo ser feliz en lo más simple. En un paseo, lanzando algún juguete, durmiendo una siesta con él, mirarlo buscar el sol para echarse a dormir. Es en su simpleza animal que encontré que la mía existe también, y es bello entender que, al final, sólo somos seres humanos viviendo, respirando, amando, llorando, creciendo.

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